Cuerpo

Función de las células nerviosas en el entrenamiento deportivo

Las células nerviosas disponen de la capacidad de responder a las actividades correspondientes en relación con las exigencias que les plantean, así como adaptarse a niveles nuevos y más elevados de las cargas de entrenamiento.

Tan pronto como las cargas disminuyan o el deportista descansa, la capacidad de trabajo específica de las células nerviosas disminuye. De esta forma las células se protegen a sí mismas de las sobretensiones y el agotamiento.

La capacidad de trabajo de estas células está condicionada por la elevación de su excitabilidad y se modifica en relación con la participación del deportista en las competencias, de la forma siguiente: se eleva en los días precompetitivos, alcanza su máximo el día de las competencias y disminuye después de ellas hasta la norma, o por debajo de ella incluso.

En el deporte existen muchos ejemplos de lo antedicho. Las respuestas morales, la lucha deportiva, los espectadores y muchas otras influencias provenientes de las condiciones de las competencias elevan considerablemente el tono del sistema nervioso.

En los días precompetitivos la excitabilidad de las células nerviosas de algunos deportistas comienza a elevarse desde antes, mientras que las de otros se producen más tarde. Esto depende del sistema nervioso del deportista y de la importancia que tengan las competencias.

Después de las competencias (normalmente al día siguiente) la excitabilidad de las células disminuye y pasan a un estado inhibitorio a fin de recuperar los recursos consumidos.

Por lo tanto, la elevada forma deportiva, debe entenderse, como una situación temporal de una considerable elevación de la capacidad de trabajo del deportista; de la movilización de todos los componentes del grado de entrenamiento; del despliegue de las fuerzas potenciales del organismo por medio de un aumento no prolongado, pero grande, de las posibilidades funcionales del sistema nervioso central.

AUMENTO DE LAS CÉLULAS NERVIOSAS CON EL ENTRENAMIENTO

Todo lo que hemos dicho de la elevación precompetitiva, que refleja un aumento en el grado de entrenamiento de las células nerviosas con ayuda de una intensificación del entrenamiento, se refiere, en primer lugar, a los deportes que exigen una resistencia en el trabajo con una duración superior a 1 minuto. En otros deportes estas ondas se expresan menos o no se manifiesta nunca.

La intensificación del entrenamiento en los días anteriores a las competencias, así como el despliegue de sus esfuerzos, a nivel de los necesarios en las competencias, resultan irracionales en el caso de estos deportistas.

El grado de entrenamiento debe y puede mejorarse gradualmente, durante periodos muy largos, garantizando al deportista logros elevados y estables a condición de que disponga de cualidades morales y volitivas; de que observe un riguroso régimen higiénico; y alterne correctamente las sesiones de entrenamiento y el descanso. Mientras más firme y elevado sea el nivel de entrenamiento del deportista, con mayor efectividad se manifestará, elevando las posibilidades funcionales del sistema nervioso.

A pesar de esto, el sistema de preparación del deportiva, en la práctica, está muy lejos de ser el mejor. Además, en los diferentes deportes es desigual también el grado de efectividad del sistema de preparación.

Debido a ello, una de las tareas más importantes en la preparación de los deportistas es la de elevar, considerablemente, su capacidad de desplegar sus posibilidades motoras y superar las barreras psicológicas. Este complejo problema fisiológico, que se refiere a la enseñanza y la educación de los deportistas, tanto de los jóvenes como de los maestros del deporte, exige la mas cuidadosa atención.

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