Domingo histórico en la NBA. El Oklahoma City Thunder se coronó campeón de la temporada por primera vez en la historia. Los truenos vencieron a los Indiana Pacers (103-91) en un partido marcado por la gravísima lesión de Tyrese Haliburton, estrella y líder de Indiana, a los siete minutos del inicio.
El base de los Pacers, que se lastimó el gemelo de su pierna derecha en el quinto partido, forzó para poder jugar el sexto y se rompió el Tendón de Aquiles al intentar superar en una jugada a Shai Gilgeous-Alexander, su némesis en Oklahoma, que acabó siendo proclamado MVP de la final.
A Oklahoma no le tembló el pulso y abrochó el triunfo y su primer título de campeón con los tiros libres de Shai y Holmgren. Gloria a los Thunder, campeones. Y todos los honores a los Pacers, que nunca arrojaron la toalla y cayeron peleando hasta el último segundo.
Capítulo aparte para Shai Gilgeous-Alexander, que se convirtió en el cuarto jugador de la historia de la NBA que en una misma campaña acaba siendo campeón, máximo anotador, MVP de la temporada y MVP de las Finales.
Sólo tres leyendas habían logrado ese repóker antes que él: Michael Jordan cuatro veces (1991, 1992, 1996 y 1998), Kareem Abdul-Jabbar (1971) y Shaquille O’Neal (2000). Pero nadie había conseguido algo así en los últimos 25 años.