El mundo del fitness está lleno de diferentes tipos de entrenamiento que permiten darle gusto a todas las personas. Una de las modalidades que más fuerza ha tomado en los últimos años es el Afterburn. Se trata de un tipo de rutinas que permiten seguir quemando calorías hasta 24 horas después de haber terminado el entrenamiento.
Muchas personas piensan que, para gastar calorías, lo más importante es la sesión de ejercicio que hacen en el gimnasio, aproximadamente de 1 hora al día. No se dan cuenta de que limitar la quema de calorías a ese rango de tiempo tan pequeño no es suficiente. El día tiene 23 horas más en las que podemos gastar calorías.
Por eso, la recomendación de los expertos es no centrarse en el gasto calórico que podemos hacer en una sesión de entrenamiento, sino en las acciones que podemos realizar a lo largo del día para potenciar esa quema de energía.
Si nos centramos en el efecto que produce esa hora de gimnasio ¿Cuál es la actividad que más calorías quema? Pues la de mayor intensidad. Sin embargo, cuanta más intensidad metemos más rápido nos fatigamos y más se reduce el tiempo que podemos mantener esa actividad. No podemos estar esprintando durante media hora, pero si podemos estar corriendo al trote durante media hora.
Aquí es donde nace el concepto de entrenamiento interválico de alta intensidad. Lo que promueve es alternar, en varias series, ejercicios que nos exigen una intensidad muy alta durante un corto espacio de tiempo con otros de baja intensidad o periodos de tiempo breves de descanso que nos ayuden a recuperarnos.
Rutins de Entrenamiento Afterburn
Sin embargo, según los especialistas, lo más interesante de los ejercicios con alta intensidad es el efecto que llamamos ‘afterburn’, que en español también se le llama EPOC, que es el gasto energético o esa termogénesis aumentada post ejercicio.
Es decir, la energía o las kilocalorías que nuestro cuerpo necesita seguir gastando después de haber terminado el ejercicio para equilibrar todo el desajuste metabólico que se ha ha producido durante el ejercicio. Este gasto energético puede estar aumentando hasta 24 horas después de haber terminado la sesión de entrenamiento, siempre y cuando este haya sido de alta intensidad.
O sea, que si hacemos ejercicio de baja intensidad estaremos quemando más grasas que carbohidratos, lo que, a priori, resulta atractivo, si lo que queremos es quitarnos las «llantas» de la barriga.
Sin embargo, si optamos por un ejercicio de más intensidad, en el que la quema de porcentaje de grasas no sea especialmente alto, pero nuestro gasto calórico sí, el efecto ‘afterburn’ va a hacer que sigamos oxidando sustratos energéticos diferentes durante mucho tiempo. Y esto va a hacer que, durante esas 23 horas que quedan tras la sesión del ejercicio, incrementemos nuestro gasto energético.
En conclusión, si lo que queremos es potenciar la quema de calorías durante y después del ejercicio, opta por los entrenamientos ‘hiit’ en el gimnasio; y, en nuestra vida cotidiana, moviéndonos todo lo que podamos y más; caminando, subiendo escaleras, jugando con nuestros hijos y, a ser posible, pasando el menor tiempo posible tumbados en el sofá.