El organismo de los niños y los adolescentes presenta algunas diferencias desde el punto de vista fisiológico con relación al de los adultos, que hacen necesario adecuar las características metodológicas de los tests funcionales utilizados en éstos casos.

Algunas de éstas características son las bajas posibilidades de reserva y eficiencia mecánica (relación rendimiento motor/gasto energético) de los sistemas vegetativos y metabólicos, así como, el bajo nivel del sistema anaerobio láctico.

Al aplicar tests funcionales en niños y adolescentes con cargas máximas utilizando escalones, se ha reportado que la aparición del aplanamiento del consumo de oxigeno al incrementar la intensidad (como indice del consumo maximo de O2) tiene lugar en menos de un 30% de los investigados como media.

Debido a ello se plantea observar otros indicadores como la frecuencia cardíaca cuando alcanza 195 pulsaciones por minuto, el cociente respiratorio de 1.10 y el nivel de ácido láctico en sangre de 9 mmol/l.

Durante éstos tests maximales es muy importante cuidar ademas la salud del evaluado, ya que pueden seguir estados patológicos como broncoespasmo en aquellos casos que padecen de asma o de bronquitis (esto ocurre cerca del 80% del VO2 máximo individual). También se han reportado casos de muerte por padecer de estenosis aórtica y otras anomalías coronarias que se acrecientan por el esfuerzo.

Es por ésto, que los niños y adolescentes deben ser medidos en mayor medida por medio de tests que utilizan cargas submáximas, tales como es el caso del PWC170, al cual, se le ha comprobado elevada confiabilidad y validez.