Siguiendo por la línea de la alimentación saludable y de lo importante que resulta escoger bien nuestra comida a la hora de ir al supermercado, en esta oportunidad hay que hablar de las frutas, hortalizas y legumbres. Las tres son indispensables en toda dieta que presuma de sana. Al menos siempre que se cumplan algunas condiciones básicas que mejoran su calidad.

✔ Apuesta por la proximidad: hoy en día ya no sabemos lo que son frutas de temporada. Tenemos todas las que queremos durante todo el año. Pero eso es al precio de que no todo lo que consumimos sea fresco. Muchas veces se trata de una naranja o de un tomate recogido cuando aún estaba verde, que se ha dejado madurar en cámaras frigoríficas y luego ha viajado miles de kilómetros para venderse meses después de recogido. Todo eso, como no podía ser menos, afecta al sabor y a la calidad nutricional del producto. Por ello, busca frutas y legumbres frescas, que estén en cosecha y, a ser posible, cultivadas en la misma región en que vives, para que así el transporte sea mínimo.

✔ Privilegia la agricultura biológica: la etiqueta «bio» es constante en infinidad de productos. Siempre va bien que te asegures que no te están dando gato por liebre, pero si en tu tienda venden hortalizas ecológicas, no lo dudes. Ve por ellas. Aunque el precio sea un poco mayor, el sabor, la calidad nutricional y la ausencia de pesticidas y abonos químicos bien valen.

✔ Selecciona los productos en su punto: otro aspecto muy importante, porque hay frutas que maduran muy rápidas o que sencillamente no maduran una vez han sido recolectadas, por lo que si la compras verde, verde te la comerás. Ten en cuenta el calendario de recolección para que puedas ahorrar dinero en el momento de ir a hacer la compra y te asegures de que la fruta que llevas a casa es fresca y de buena calidad.

🧀Los Lácteos

Sean de vaca, cabra u oveja, los productos lácteos constituyen una buena fuente de proteínas y calcio. Sin embargo, al mismo tiempo, contienen grasas saturadas que hay que evitar consumir en grandes cantidades si quieres conservar una buena salud. Por eso mismo a la hora de escoger estos productos es mejor inclinarse hacia los lácteos desnatados o semidesnatados.

En lo que se refiere a los quesos, si los prefieres sin pasteurizar adelante, pero limítate a un máximo de tres porciones de 30 gramos por semana. Cuanto más seco y duro es un queso, más rico en materias grasas y calcio, mientras que cuanto más agua contiene, menos graso y calórico es. Con todo esto ya puedes ver que no vas a pasar hambre. La cesta de compra está llena de alimentos sanos y frescos con los que vas a poder preparar una dieta variada que sirva de complemento al entrenamiento físico.