Arranquemos recordando que, el estiramiento hace referencia a la práctica de ejercicios suaves y mantenidos para preparar los músculos para un mayor esfuerzo y para aumentar el rango de movimiento en las articulaciones. En otros términos, es el alargamiento del músculo más allá de la longitud que tiene en su posición de reposo. Además, ayuda para que la recuperación sea mucho más rápida y efectiva.

Según lo dicho anteriormente, los ejercicios de estiramiento deben estar obligatoriamente presentes tanto en el inicio como en el final de cada sesión. Eso sí, el estado en que esté un músculo antes de ser estirado, obtendrás una u otra recompensa:

✔ Si estiras un músculo que has entrenado durante la sesión, el objetivo es descontracturante. Puesto que este grupo muscular se encuentra altamente tonificado en ese momento, no vas a poder estirarlo tanto como si estuviera descansado. Casi no ganarás elasticidad, pero evitarás el apelmazamiento. Este estiramiento debe ser muy suave.

✔ Si estiras un músculo no entrenado, entonces podrás exigirle mucho más, lo que si te llevará a un incremento de la elasticidad muscular.

La solución para obtener los dos beneficios pasa por estirar al final de cada sesión todos los grupos musculares, exigiendo un poco más a los que no se han trabajado en esa sesión. Así conseguirás ganar elasticidad paulatinamente poco a poco y evitar el acortamiento del vientre muscular. Y para no olvidarte ningún grupo, sigue este truco: estira ordenadamente de abajo a arriba. Por ejemplo, empieza por los gemelos y a partir de ahí ve ascendiendo hasta llegar a los hombros.

😉 El Calentamiento Es Esencial

Antes de someter al músculo a una tensión tan importante como es un buen estiramiento, es esencial que tenga la temperatura adecuada. Se puede comparar el estado del músculo con el de un chicle antes y después de ser masticado. Si lo estiras en frío es fácil que se rompa, mientras que en caliente se elonga mucho más. Pues con el tejido muscular, tres cuartos de lo mismo.

En cambio, el caso contrario, el de estirar para calentar, es algo que va cayendo en desuso. Cuando estiras un músculo, éste se contrae por un reflejo conocido como miotático. Esta contracción es la que aporta el calor, y no el estiramiento propiamente dicho. Además, con el calentamiento a través del estiramiento no se calientan las articulaciones, así que como calentamiento es inseguro y deficiente.