Los ejercicios de preparación general que se aplican para desarrollar la flexibilidad son movimientos basados en flexión, extensión, giros, etc. Estos ejercicios pretenden aumentar la movilidad en todas las articulaciones y se realizan independientemente de la modalidad deportiva.

Se eligen los ejercicios auxiliares según el papel que desempeña la movilidad de una articulación para perfeccionarse en un deporte determinado, teniendo en cuenta sus movimientos característicos que exigen una máxima movilidad.

Para aumentar la movilidad en cada articulación, se suele utilizar un conjunto de ejercicios análogos que actúan de forma polifacética en las articulaciones y en los músculos que limitan el nivel de flexibilidad.

Tipo de Ejercicios

Los ejercicios para aumentar la flexibilidad pueden presentar carácter activo, pasivo o mixto.

Los ejercicios pasivos consisten en vencer una resistencia de los músculos y ligamentos estirados con la tracción del cuerpo y cada una de sus partes, con medios auxiliares (mancuernas, cinta elástica, poleas, etc.), o con la ayuda de un compañero.

En cambio, los ejercicios activos pueden realizarse con y sin sobrecarga y presuponen mantener estéticamente el movimiento, o movimientos con rebote o lanzamiento.

Los medios que se aplican para desarrollar la flexibilidad se dividen también en ejercicios que diferencian entre flexibilidad pasiva y activa.

El trabajo de la flexibilidad puede dividirse en dos etapas: a) etapa de aumento de la movilidad articular, y b) etapa de mantenimiento de la movilidad articular al nivel previamente adquirido. El desarrollo de esta cualidad se realiza sobre todo en la primera etapa del entrenamiento.

Planificación

Al planificar el trabajo para desarrollar la flexibilidad, es importante tener en cuenta que la activa se desarrolla 1,5-2 veces más lentamente que la pasiva. También se necesitan diferentes tiempos para desarrollar la movilidad de distintas articulaciones.

Durante la etapa en la que se aumenta la movilidad de las articulaciones, el trabajo debe realizarse a diario. En la etapa de mantenimiento de la movilidad articular al nivel previamente adquirido, las sesiones pueden ser menos frecuentes: 3-4 sesiones semanales y el volumen de trabajo puede reducirse.

El tiempo que se dedica diariamente a desarrollar la flexibilidad puede variar entre 20-30 y 45-60 minutos. Este trabajo puede distribuirse de varios modos a lo largo del día: 20-30% del volumen global suele efectuarse en el entrenamiento de la mañana, mientras que los demás ejercicios se planifican en los programas de las sesiones de entrenamiento.