Para tener una vida saludable no basta con tener un cuerpo atractivo. Las partes de nuestro cuerpo que no vemos por fuera también son muy importantes. Por ejemplo, tener un cerebro sano podría reducir hasta un 40% de los casos de Alzheimer y el 90% de los casos de ictus, según los expertos.

«El cerebro es uno de los órganos más importantes de nuestro cuerpo, pero a diferencia de lo que ocurre con otros órganos, éste no suele mandar señales de aviso de que algo no funciona correctamente hasta que el daño es importante. Por eso es muy necesario cuidarlo de forma continua», señala Jesús Porta-Etessam, vicepresidente de la Sociedad Española de Neurología.

Por esta razón, la SEN recomienda mantener hábitos beneficiosos para el cerebro desde edades tempranas con el fin de cuidar este órgano y de tener una mayor probabilidad de envejecer sin secuelas neurológicas. Desde la SEN señalan los mejores hábitos para mantener un cerebro sano y saludable:

– Mantenerse activo intelectualmente realizando actividades que estimulen la actividad cerebral como: leer, escribir, bailar, escuchar música, participar en juegos de mesa, realizar actividades manuales, acudir a eventos culturales, resolver crucigramas, aprender un nuevo idioma, viajar, conversar.

– Potenciar las relaciones sociales y afectivas evitando la incomunicación, el aislamiento social. También participando en actividades de grupo y colaborando con la sociedad.

– Evitar el estrés y tener una actitud positiva frente a la vida. La risa puede ser el mejor aliado.

– Practicar ejercicio físico moderado de forma regular y evitar el sedentarismo. Bien sea mediante la práctica de un deporte o realizando uno o dos paseos diarios de al menos 30 minutos.

– Evitar el consumo de tóxicos como alcohol, tabaco y drogas.

🧠 Consejos para Cuidar el Cerebro

– Llevar una dieta equilibrada, evitando el sobrepeso. En este sentido, ¿Qué alimentos son los que mejor le sientan al cerebro? Todos los incluidos en la dieta mediterránea. Incluir en la dieta productos como el pescado azul, vegetales, frutos secos, como las nueces, o soja, puede aumentar la protección cerebrovascular frente a enfermedades como la esclerosis múltiple y reducir el colesterol malo y aumentar el bueno.

– Dormir con un sueño de calidad y con una duración adecuada. En adultos se recomienda dedicar entre 7 y 9 horas diarias. Se ha demostrado que la falta de sueño causa, a corto plazo, deterioro en la función cognitiva y ejecutiva. Y, a largo plazo, se ha asociado a una mala salud cerebral, aumentando el riesgo de padecer enfermedades neurológicas (como cefaleas, ictus, Parkinson o Alzheimer) y mentales (como depresión, ansiedad, psicosis).

– Controlar los factores de riesgo vascular, como la tensión arterial, la diabetes o la hiperglucemia. La hipertensión es el principal factor de riesgo de enfermedades cerebrovasculares como el ictus, pero también para otras muchas enfermedades neurológicas. Por otra parte, las personas con diabetes tienen mayor riesgo de recurrencia de ictus y peor pronóstico, generando más mortalidad y discapacidad.

– Proteger el cerebro contra las agresiones físicas del exterior mediante la utilización del casco o del cinturón de seguridad. Debes prevenir las consecuencias de los accidentes, especialmente los laborales y los de tráfico.