Para bajar de peso y adelgazar son importantes tres cosas: hacer ejercicio, comer saludable y dormir 8 horas. Eso a nivel general, porque si hablamos en términos más específicos, existen algunos hábitos que nos pueden ayudar o impedir cumplir con nuestro objetivo.

Los hábitos son esas cosas que hacemos con cierta frecuencia y que impactan nuestras vidas de manera positiva o negativa. Teniendo esto claro, a continuación, repasamos cuáles son esos comportamientos modernos que son nefastos si se quiere adelgazar y mantener un peso saludable.

Iniciar el día con un desayuno azucarado

Con presencia de alimentos como cereales azucarados, pan de molde, bollería, zumos, que disparan el pico de glucosa antes de que empecemos a movernos.

Presencia de carbohidratos en todas las comidas

Además de ser inflamatorios, con ellos nunca daremos descanso a la insulina, que se segrega cada vez que comemos carbohidratos para retirar la glucosa de la sangre y almacenarla en forma de grasa.

Esto, si se sigue la recomendación de comer comida baja en grasa y con poco poder saciante, hace que nuestro estado hormonal se vea alterado y culpemos a la grasa de lo que ha hecho el azúcar.

Ritmos circadianos perdidos y baja exposición solar

Los seres humanos estamos diseñados para estar despiertos de día y dormidos o, al menos, relajados durante la noche. Pero la realidad es que los ritmos circadianos en la actualidad, con la tendencia a cenar y acostarnos tarde y la exposición a la luz artificial hasta altas horas, están muy alterados.

La consecuencia es que la producción de melatonina, hormona que no solo regula el sueño sino que actúa como antioxidante, se retrasa y si la exposición solar es baja o nula además la de serotonina se reduce.

Hábitos de cenar tarde

Si cenamos tarde el nivel de azúcar en sangre se va a quedar más tiempo elevado, más aún si cenamos carbohidratos, lo que va a dificultar el descanso, al interferir la acción de la insulina en el mecanismo de la melatonina, con lo que se entra en una especie de bucle nefasto.

Dormir poco

Es un hábito que se paga caro porque suele ir de la mano, entre otros efectos, de trastornos del síndrome metabólico, como diabetes, resistencia a la insulina, hipertensión. Cuando no dormimos lo suficiente nuestro cuerpo sufre más estrés y aumenta el azúcar en sangre vía cortisol.

Contar calorías y cuadrar macronutrientes

Lo que recomiendan los expertos es comer comida real, a ser posible sin etiquetas, y cuando tenemos hambre real.

Preferir la comida con escaso valor nutricional y tener miedo a la grasa

Los nutricionistas resaltan las ventajas de comer carne de animales de pasto, pescados y mariscos como alimento ricos en grasa y proteínas de alto valor.

Consumo habitual de refrescos y alcohol

También hay que incluir aquí los refrescos zero o light, que no son inocuos y refuerzan nuestro gusto por el sabor dulce. Respecto al alcohol, además del conocido perjuicio para la salud, en lo que a obesidad se refiere, lo malo es que solo aporta calorías vacías.