Si de verdad quieres ponerte en forma, pero no tienes tiempo o dinero para ir al gimnasio, lo ideal es que no te quedes quieto cuando estés en la casa. Conozco mucha gente que por sus obligaciones profesional y horarios intempestivos, les queda muy difícil ir a un gimnasio con la regularidad requerida, por lo que realizan todo el plan de ejercicios en la intimidad del hogar. Si te organizas bien, y esa es la clave, una sesión en casa puede sustituir perfectamente una rutina en el gimnasio.

No necesitas casi espacio y tampoco invertir mucho dinero: por menos de lo que te puedan costar unos vaqueros puedes entrenar en casa y reproducir casi todos los ejercicios que haces en el gimnasio. «Casi», porque hay máquinas indispensables para determinados movimientos y prácticas que sólo encontrarás allí. Pero, aún así, disponer de un pequeño equipo en casa te da la posibilidad de entrenar esos días en que de verdad no puedas ir al gimnasio sea por la razón que sea, porque esté cerrado por ser festivo o porque no te apetece ver a nadie. Lo importante es no quedarte quieto por ninguna razón.

Cuando te acostumbras a entrenar en casa te das cuentas de las ventajas que tiene, como hacer cosas productivas entre serie y serie. Además, la motivación es diferente, puedes elegir tu música, entrenar sin camiseta y nunca tendrás que esperar a que quede libre una máquina. Otra de las ventajas son los horarios: no hay. También puedes entrenar viendo un partido de fútbol o cualquier programa que te guste de la televisión, con lo que no serán horas que pases perdidas delante de la pantalla. Además, con internet o con las propias consolas, ya dispones de plantes de entrenamiento y de gimnasio virtuales que te permiten realizar las mismas clases que en el gimnasio, pero en la comodidad de tu casa.