Las redes sociales han cambiado al mundo. Y el deporte no ha sido ajeno a esta tendencia. Ahora los deportistas ingresan dinero por sus profesiones y por la publicidad que realizan en las plataformas digitales. Un claro de ejemplo de ello es Paige Spiranac, la golfista más linda del mundo.

La bella jugadora estadounidense cuenta con más de 3,6 millones de seguidores en Instagram. Cifra que la ha convertido en una influencer y a la que ha llegado gracias a sus sensuales fotos, videos y confesiones: «juego sin ropa interior», reveló alguna vez en las redes sociales.

Paige Spiranac jugó al golf universitario en la Universidad de Arizona y la Universidad Estatal de San Diego; ganó los honores All-Mountain West durante las temporadas 2012-13 y 2013-14 y llevó a los Aztecas de San Diego a su primer Campeonato de la Mountain West Conference en la historia de la escuela.

La nacida en Wheat Ridge (Colorado) continuó jugando profesionalmente en 2015, en el Cactus Tour y en otras partes, obteniendo su primera y única victoria hasta ahora en el Orange Tree Country Club de Scottsdale. Ha recibido críticas por ‘sexualizar el golf femenino’​ y aunque ha mencionado las formas en que los comentarios de las personas la han lastimado, ella ha seguido trabajando para encontrar su lugar en este deporte.

Su fama en Internet comenzó cuando decidió crear unas cuentas para publicar vídeos de trucos de golf. Poco a poco fue ganando fans y actualmente es una de las deportistas con más seguidores en el mundo. Esto lo ha sabido aprovechar para generar otros ingresos fuera del deporte y para promover su mensaje contra la intimidación femenina.

Paige Spiranac, Víctima de Acoso

Su lucha es por el derecho de la mujer a sentirse cómoda en su propia piel. Una tendencia en las características de Spiranac en varias publicaciones es el mensaje que intenta enviar sobre el acoso escolar. Ha usado su plataforma para hablar continuamente sobre sus propias experiencias dolorosas con los acosadores y lo que cree que la sociedad necesita hacer para solucionar el problema.

La golfista de 29 años se abrió a publicaciones como ‘Sports Illustrated Swimsuit’ y ‘Golf Digest’ para compartir las cuentas de los usuarios de Internet que la acosan. Después de alcanzar una vez un punto en el que «ya no quería vivir», desde entonces ha utilizado esa experiencia como motivación para su lucha contra el maltrato en línea.