Todos los alimentos están compuestos por dos o tres de los siguientes elementos: hidratos de carbono, proteínas y grasas. Por ello, para tener una alimentación sana y saludable te recomiendo que sigas estos cinco consejos básicos, que cambiarán tu vida.

✔ Las Grasas

Aunque es muy fácil eliminar kilocalorías procedentes de las grasas, no es conveniente comer demasiado de este tipo de alimentos. Así que cuanto menos pongas en el plato, mejor.

✔ Los Carbohidratos

Si consumes hidratos de carbono, opta por los que tienen índice glucémico bajo. Éstos, como la pasta y el arroz, deberían ser los protagonistas de al menos el 50% de las kilocalorías diarias que consumas. En cambio, vigila los de índice glucémico alto, ricos en azúcares. De estos, cuanto menos, mejor, pues tienen muchas posibilidades de acabar en tu cuerpo en forma de grasa. Así, es bueno no tomar fruta, por supuesto, pero la mayoría de ellas tienen azúcar, así que una pieza es suficiente por comida.

✔ Las Proteínas

Para tener una alimentación sana y saludable no hay que tomar más de 2 gramos por kilo de peso de proteínas, lo que para una persona de 70 kilogramos equivale a 140 gramos al día. Y hay que tener especial precaución por las grasas que las acompañan: cuantas más elimines, mejor.

✔ Los Dulces

Con los dulces hay que tener un especial cuidado dado que provocan un efecto rápido de saciedad, que es lo que se busca cuando te tomas un bombón o un pastel. Ahora bien, presentan el problema de que, al liberar su energía muy rápido, el organismo se encuentra con un pico de energía rápida que no puede quemar en su totalidad en ese momento, por lo que decide almacenarla en la forma en que mejor sabe, en grasa.

✔ La Gula

Si recurres a los dulces buscando ese instante de placer al final del día sólo habrás tenido picos de energía, derivados en acumulación de gasa y momentos de muy poca energía. Por ello, para una alimentación adecuada debes buscar hidratos de absorción lenta, porque ellos son los que van a ir soltando la energía al ritmo que la necesites, evitando tentaciones de atracones de azúcar y, lo más importante, salvando así el problema de la acumulación de grasa.