Para entender cómo se genera el peso del cuerpo humano imagina un trozo de carne animal, el magro es tejido muscular y el tejido blando es la grasa. Claramente la grasa es mucho menos densa que el músculo. En otras palabras, un kilo de grasa ocuparía mucho más espacio que un kilo de tejido muscular. Es un dato importante, pues puestos a tener un kilo de una cosa u otra en nuestro organismo, nos interesa que sea músculo y no grasa.

En ese orden de ideas, es un plano más técnico, podríamos decir que a igual volumen conviene pesar un poco más, pues significaría que tenemos más tejido muscular que graso. Así, se hace evidente el porqué no debes confiar plenamente en lo que dice la báscula. Nos da una información imprecisa. Porque estar gordo no dependiente de lo que ésta señala, sino del porcentaje de grasa que tengamos en el cuerpo. Es decir, de los kilos de grasa que tengamos. Y, aunque en la actualidad ya hay algún modelo de báscula que establece esa diferencia de porcentajes, no es muy habitual todavía que las tengamos a nuestro alcance.

Lógicamente, aunque la báscula no tenga la verdad sobre el peso, te interesa saber cuánto pesas y cuál sería el peso adecuado para ti. Para mí, el método más preciso y acertado para esta causa es el Índice de Masa Corporal (IMC), pero hay otros dos que también merecen ser tenidos al menos en cuenta. Déjame te los presento a continuación.

🕰 Kilogramos x Centímetros

Consiste en equiparar los kilos que debes pesar con los centímetros de tu talla que sobrepasa el metro. Suena complicado, pero en realidad es muy fácil, a la vez que es el método más imperfecto. Te lo explico con un ejemplo: una persona que mide 1,80 metros debería pesar, según esta regla, 80 kilogramos. Siempre se añade que, para corregir el error, se deben restar 2,3 o hasta 5 kg. En cualquier caso, este procedimiento es orientativo, no puedes tomarlo como una dogma de fe.

🕰 Fórmula del Peso Ideal [(Talla en Cm – 150) x 0,75 + 50]

Si el método anterior era enredado, este ya roza lo esotérico. Sobre todo si eres de más de letras que de números. Pero que la fórmula numérica no te engañe, pues en realidad también es muy fácil. Supongamos que mides 1,80 metros. A 180 centímetros le restas 150, lo que te da 30, que multiplicas por 0,75 para un resultado de de 22,5. Si a eso le sumas 50, los 72,5 que obtienes al final de la operación son tu peso teóricamente ideal. Y verás también que la diferencia con el primer método es considerable.