En la planificación del entrenamiento de la fuerza en niños y jóvenes hay varios aspectos importantes. Uno de los que más debemos tener en cuenta es las particularidades en que ocurre el crecimiento y desarrollo del pequeño hasta su juventud.

Un aspecto de suma importancia lo constituye la correspondencia que existe entre las particularidades morfofuncionales de los niños y las cargas de entrenamiento, ya que, una incorrecta selección de ellas pueden provocar trastornos irreversibles en el organismo del pequeño que crece y se desarrolla.

Como ejemplo podemos señalar: incorrecta dosificación de las cargas de entrenamiento diario, no recuperación entre una carga y otra, incorrecta selección de los ejercicios, posturas inadecuadas durante la ejecución del movimiento, etc.

El desarrollo morfofuncional en el ser humano es un proceso complejo, donde ocurren cambios cuantitativos y cualitativos en los diferentes órganos y sistemas del niño. Además, los diferentes sistemas corporales no crecen todos al mismo ritmo ni en la misma proporción.

Por ejemplo, los órganos sexuales se mantienen en estado latente hasta aproximadamente los 10-12 años de edad en ambos sexos; el tejido linfoide presenta un crecimiento mayor en por ciento en las edades infantiles por ser más propensas a enfermedades y luego vuelven a la normalidad; las longitudes de la cabeza, tronco y piernas presentan ritmos de crecimiento diferentes desde el nacimiento hasta la edad juvenil.

Numerosos estudios han demostrado que el mayor ritmo de crecimiento y desarrollo coincide con la edad del desarrollo sexual en ambos sexos. Además, se comprobó de igual forma las diferencias existentes en el crecimiento y desarrollo entre los niños de la población urbana y rural. Indicándonos la importancia que tiene para todo entrenador o preparador físico conocer, además de las particularidades morfológicas de la población que se trabaja, las condiciones socio-económicas en que vive.

Etapas de Crecimiento y Desarrollo de los Niños

No se requieren conocimientos muy profundos acerca del proceso de crecimiento del niño, para llegar a concluir preliminarmente que en los pequeños a partir de su nacimiento hasta que alcanza la edad juvenil, se producen cambios de forma ininterrumpida, donde se destacan momentos o etapas de mayor ritmo de crecimiento y desarrollo, que van disminuyendo en la medida que se alcanza la edad de la adolescencia.

Un aspecto que generalmente se conoce, pero que no se aplica de forma sistemática es que el nivel morfofuncional alcanzado por el organismo en desarrollo, permite que el niño posea una capacidad funcional y un poder de adaptación en correspondencia con las particularidades anatomofisiológicas de grupo etario.

Dentro de las particularidades morfofuncionales que se deben tener en cuenta en los escolares, podemos señalar las relacionadas con los sistemas motor, cardiovascular y respiratorio, debido al papel tan importante que desempeñan en el éxito de toda la actividad física.

Al referirnos al sistema motor se hace necesario conocer algunas particularidades en la dosificación de las estructuras óseas; dicho proceso continúa con el crecimiento y no concluye hasta la adolescencia, existiendo diferencias entre los sexos, concluyendo dicho proceso primero en la mujer (aproximadamente entre los 18-20 años) y luego en el hombre (entre los 20-22 años).

Otro aspecto a tener en cuenta es que los niños comparados con los adultos presentan una gran flexibilidad y plasticidad en los huesos ante determinadas fuerzas externas y existe mayor cantidad de tejido cartilaginoso en los huesos infantiles.