Los tests funcionales son un conjunto de pruebas que forman parte del entrenamiento deportivo y que pueden clasificarse de acuerdo con el aspecto que evalúan, las condiciones en que se realizan y el sujeto en quien se aplican.

Entre ellos se encuentra el famoso Test de Szogy, un test de terreno aplicable a corredores, nadadores y ciclistas, que se encuentra dentro de la categoría de los tests de potencia anaerobia aláctica y láctica.

Metodología

Se hace una primera carga que con carrera es el recorrido de 100 metros, con natación de 50 metros y en bicicleta de 200 metros, se mide el tiempo y la acumulación de ácido láctico dentro de los primeros 3 minutos de la recuperación.

Se calcula la media de recorrido y ésta se divide por el valor de lactato registrado. Este es el cociente aláctico que en la medida que resulte mayor, mayores son las reservas de los compuestos fosfágenos ATP (trifosfato de adenosina) y CrP (fosfato de creatina).

Después de la primera carga se da un descanso total de 1 hora y se realiza una segunda carga según la especialidad del atleta siendo: 300 metros para los corredores, 100 metros para los nadadores y 800 metros para los ciclistas. Se repiten los registros de tiempo y de lactato en la recuperación.

En la medida que el valor de lactato resulte superior, mayor es la capacidad del evaluado para soportar la acidez metabólica intramuscular y mayor la saturación de glucógeno de sus músculos. Este Test de Szogy puede ser aplicado en cualquier tipo de población, aunque generalmente se utiliza en deportistas de alto rendimiento.