La deshidratación es conocida como la pérdida riesgosa de fluido corporal producida por enfermedad, sudoración o ingesta insuficiente de líquidos. Su presencia en nuestras vidas puede afectar significativamente nuestro rendimiento diario, especialmente si eres deportista.

Sabemos que nuestro cuerpo está constituido en un 60% de agua y que por eso es fundamental beber líquidos con frecuencia. Muchos creen que solamente los atletas deberían preocuparse por estar hidratados, pero la realidad es que todas las personas estamos expuestos a ver perjudicada nuestra salud si nos deshidratamos.

Existen diferentes tipos de deshidratación, los tres principales son: hipotónico, que se debe principalmente a una pérdida de electrolitos; hipertónico, causado por pérdida de agua; isotónico, que es el más común y representa la falta tanto de electrolitos como de agua.

Los signos y síntomas de la deshidratación son muchos y dependen de la gravedad que ésta haya alcanzado. Algunos de los más comunes son: sed extrema, urinación poco frecuente, orina de coloración oscura, fatiga, mareo y confusión.

Los grados de deshidratación van desde leve, que puede solucionarse tomando líquidos, hasta la grave, que requiere de atención médica. Si ya tomas suficiente agua, pero sufres alguno de estos síntomas, estas son algunas de sus principales causas:

1. CAUSAS EXTERNAS DE DESHIDRATACIÓN

Estas incluyen realizar actividades físicas prolongadas sin consumir suficientes líquidos. La exposición al sol o ambientes demasiado cálidos, también pueden ocasionarla. Pasar mucho tiempo en un espacio con aire seco, como lo puede ser un avión, puede ser también un factor de riesgo.

2. DESNUTRICIÓN

Las condiciones como la hipernatremia, cuando hay una alta concentración de sodio, y la hiponatremia, cuando hay una deficiencia del mismo, ocasionan un desequilibrio de electrolitos que causan deshidratación.

3. ENFERMEDADES INFECCIOSAS

Al experimentar padecimientos como el cólera, la gastroenteritis, shigelosis y fiebre amarilla el cuerpo suele deshidratarse.

Tener buenos hábitos de hidratación es la mejor manera de prevenir las múltiples complicaciones derivadas de la falta de líquido, especialmente si sufres alguno de los padecimientos mencionados. Cuidar tu ingesta de fluidos es una manera de procurar tu bienestar.