La pandemia del coronavirus aún no ha terminado. Si bien ya se están aplicando las vacunas en varios países del mundo, falta mucho para lograr inmunizar a todo el planeta. Como si fuera poco, las autoridades de la salud también siguen haciendo frente a otras enfermedades como la Diabesidad, que cada vez son más comunes.

Conforme avanzan los días cada vez es más frecuente oír este término. No es para menos. Estamos hablando de un subconjunto del síndrome metabólico que combina diabetes tipo 2 y obesidad. Una enfermedad fundamentalmente derivada de nuestros hábitos de vida actuales, tanto en la alimentación como en la falta de ejercicio.

La preocupación de los expertos de la salud es tan alta que recientemente intercambiaron ideas en el I Congreso Virtual de Diabesidad. El evento no solo sirvió para que ellos compartieran sus nuevos descubrimientos, sino que también para que las personas del común conocieran la enfermedad.

Por ejemplo, el doctor Javier Escalada, advirtió «que hay factores genéticos que pueden favorecer su aparición». En esa misma línea, Francisco Tinahones, recalcó que «cada vez es más frecuente en la población infantil y juvenil. Estamos viendo adolescentes obesos con diabetes tipo 2, algo impensable hace años».

Si no se trata la diabesidad, las consecuencias pueden ser diversas, dependiendo del grado de control que se consiga tanto de la diabetes como de la obesidad. En este sentido, Escalada explicó que «la combinación de ambas puede fomentar la aparición de dolencias cardiovasculares y otra nueva epidemia como es la enfermedad hepática grasa no alcohólica».

SÍNTOMAS Y DIAGNÓSTICO DE LA DIABESIDAD

Los síntomas son los característicos de la propia diabetes y de la obesidad. En muchas ocasiones, no hay una clínica aparente y otras veces el paciente refiere los síntomas clásicos de exceso de sed, aumento de la cantidad de orina emitida, pérdida de peso, cansancio, etcétera.

Los expertos señalan que el diagnóstico es sencillo. Un simple análisis de sangre con unos determinados valores de peso, altura e índice de masa corporal sirven para dar un diagnóstico. Aunque con el uso de técnicas de composición corporal se consiguen resultados más certeros relacionados con la obesidad.

TRATAMIENTO

Una vez se ha realizado un profundo e individualizado abordaje nutricional, junto con un adecuado plan de actividad física, se pueden considerar tratamientos farmacológicos, técnicas endoscópicas o la cirugía metabólica o bariátrica, según cada paciente.

Tanto la obesidad como la diabetes tipo 2 son dos enfermedades crónicas, por lo que los tratamientos deben de plantearse a largo plazo. Sin embargo, si la intervención terapéutica es precoz, intensiva y constante, se pueden conseguir buenos resultados, incluso de ‘curación’ en algunas ocasiones.

Esto se debe a que cuando la obesidad se trata a tiempo, las enfermedades asociadas a la misma, como la diabetes tipo 2, desaparecen. «Evitando el exceso de peso se pueden prevenir más del 50% de los casos de diabetes tipo 2», aseguró Tinahones. En estos casos, junto al tratamiento, la dieta y el ejercicio son otros de los pilares básicos.

CUIDADOS

Finalmente, el doctor Javier recordó que «los cuidados que precisan los pacientes con diabesidad son los mismos que debemos de tener todos nosotros para tener una buena salud: alimentación saludable, ejercicio físico, una adecuada higiene de sueño, gestión de estrés y buena salud psíquica».

Si con las modificaciones en el estilo de vida y el ejercicio físico no se consiguen los objetivos marcados, hay que comenzar los tratamientos farmacológicos adaptados a la vida de cada paciente.

Así que además de usar tapabocas y mantener el distanciamiento social para evitar el COVID-19, desde ahora debes llevar una vida saludable para no sufrir con la nueva epidemia del siglo XXI.