El descanso es esencial para recuperar el organismo de los esfuerzos a los que le hemos sometido y permitir que se regenere hasta alcanzar cotas de mejora. Y si esto es así, no cabe dudas que las horas de sueño son las horas de mayor descanso físico; son las horas en las que el cuerpo rinde más en cuanto a recuperación se refiere. Dormir es el más alto rendimiento del descanso.

Los deportistas profesionales lo saben y lejos de interpretar las horas de sueño como horas perdidas las perciben como parte inexcusable de su entrenamiento. Tanto, que pocos deportistas de alto rendimiento físico duermen menos de nueve horas al día. Durante el sueño se produce una relajación muscular importante, desciende el ritmo cardíaco y respiratorio, y se efectúan inspiraciones más lentas y profundas, lo que ayuda a oxigenar mejor las células de tu cuerpo.

Además, al dormir tienen lugar reacciones químicas que no ocurren cuando uno está despierto. Por ejemplo, se segrega mayor cantidad de melatonina, que, además de antioxidante, ayuda a regular los ritmos y las funciones endocrinas. Y aunque parezca mentira, es durante el sueño cuando el cerebro asimila los patrones de movimientos deportivos concretos, como el drive de tenis o el swing de golf. Por tanto, ya sabes lo que toca: ¡a dormir! Al menos ocho horas los días de entrenamiento.

😠 El Estrés Prolongado No Es Bueno

Hay algunos entrenadores que sostienen que lo bueno es el estrés continuado. Para ellos, si sometes tu cuerpo a un esfuerzo sin dejarlo descansar lo suficiente, mejorará de golpe al final del proceso todo lo que no había mejorado durante éste. Pero en realidad esto es un error que hay que evitar por dos motivos básicos:

✔ Porque los entrenamientos bajo cansancio haces que bajes de intensidad.
✔ Porque aumentan los riesgos de lesión.

Por todo ello, te recomiendo que no pases por alto el descanso y que dediques una buena parte de las 24 horas que tiene el día para dormir. Tu cuerpo lo notará y te lo agradecerá.