Uno de los efectos del ejercicio físico en nuestro organismo está relacionado con la circulación de la sangre. El recuento de glóbulos rojos con frecuencia está aumentando en los primeros momentos de la actividad, probablemente por simple hemoconcentración (transferencia de líquido sanguíneo a los tejidos).

Durante ejercicio más prolongados el líquido pasa a la sangre por lo que hay hemodilución. Un esfuerzo muy agotador puede causar incremento de la destrucción de los glóbulos rojos como consecuencia de comprensiones capilares por la contracción muscular y el aumento de la velocidad del flujo sanguíneo, sobre todo en personas de hábitos sedentarios que practican en forma esporádica actividades físicas.

MODIFICACIONES DE LOS GLÓBULOS BLANCOS DURANTE EL EJERCICIO

El ejercicio de cualquier naturaleza aumenta el recuento leucocitario. En los primeros instantes del ejercicio intenso el aumento relativo de los leucocitos se debe sobre todo al mayor número de linfocitos, pero si el ejercicio se prolonga la elevación consecutiva depende casi exclusivamente del incremento de neutrófilos.

Este aumento se produce muy rápidamente y se han registrado cifras de 35.000/mm3 (normal 5.000 a 10.000/mm3). La explicación más razonable es que gran número de células, que durante el reposo permanecen adheridas a las paredes de los vasos, son arrastradas a la circulación por el aumento del volumen y la velocidad del flujo sanguíneo.

Cuando mayor es el grado de estrés asociado con el ejercicio, mayor es la elevación del recuento de glóbulos blancos. Un estrés de cualquier tipo (ejercicio agotador, excitación, ansiedad, etc.) determina mayor secreción de hormonas de la corteza suprarrenal, y uno de los efectos causados por éstas es la disminución del número de eosinófilos de la sangre.

COAGULACIÓN DE LA SANGRE Y FIBRINÓLISIS

El ejercicio acentúa la coagulación de la sangre, acompañado de mayor actividad fibrinolítica. Inmediatamente después del ejercicio se acorta el tiempo de coagulación, normalizándose a las pocas horas, probablemente por aumento de la actividad del factor antihemofílico.

El aumento de la actividad fibrinolítica se debe a la mayor concentración de un activador del plasminógeno.

REGULACIÓN DEL VOLUMEN Y LA COMPOSICIÓN DE LOS COMPARTIMIENTOS LÍQUIDOS

El agua corporal total está determinada por el equilibrio entre el ingreso de agua (incluyendo la contenida en los alimentos y la producida también durante el metabolismo) y la pérdida hídrica con la orina, heces, sudor y aire espirado.

El equilibrio se mantiene con ajustes adecuados entre esos distintos factores cuando hay modificaciones; por ejemplo, si se pierde excesiva cantidad de agua con la sudoración, disminuye la excreción urinaria; y si ingresa agua en exceso, por la mínima vía se incrementa la excreción. Los dos factores de regulación más importantes en el mantenimiento del equilibrio hídrico son:

– Ingestión voluntaria de agua, controlada por la sensación de sed.
– Excreción de orina, controlada por la ADH
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