La capacidad de los músculos esqueléticos para desplegar fuerza muscular, depende de varios factores anatomo-fisiológicos, bioquímicos y físicos. Por lo general, durante las manifestaciones de fuerza en el hombre, todos estos factores están estrechamente relacionados. Los que más intervienen son los siguientes:

NÚMERO DE UNIDADES MOTORAS ACTIVAS

Las fibras musculares esqueléticas están inervadas por fibras nerviosas motoras; éstas nacen en las motoneuronas voluminosas de las astas anteriores de la médula espinal. El conjunto de fibras musculares inervadas por una fibra nerviosa, recibe el nombre de unidad motora; a través de la cual el nervio motor puede excitar de tres a cien fibras musculares, las que siempre se contraen al unísono, son llamadas unidad motriz.

Los músculos esqueléticos que no requieren un control extraordinariamente fino y preciso, pueden tener cientos de fibras musculares en una unidad motora. Además, generalmente las fibras musculares de unidades motoras vecinas se superponen.

Esta interdigitación permite que varias unidades motoras se activen y por consiguiente se contraigan durante determinados ejercicios para ayudarse unas a otras y sea más potente la contracción; es decir, mientras más unidades motoras activadas existan en un músculo, mayor será la tensión que éste desarrollará.

FACTORES ENERGÉTICOS

La energía necesaria para que ocurra la contracción muscular proviene del ATP (adenosintrifosfato); este compuesto macroenergético se encuentra almacenado en pequeñas cantidades en las células musculares, por lo que se resintetiza rápidamente para que los músculos no pierdan la capacidad de contraerse durante el tiempo que dure la actividad física.

La síntesis de ATP, ocurre en el organismo de forma aerobia y anaerobia, la primera vía por oxidación completa del sustrato en presencia de oxígeno hasta formar finalmente dióxido de carbono y agua.

Factores durante la Fuerza

Esta vía aeróbica de obtención de ATP garantiza la realización de aquellos ejercicios cuyo tiempo de duración es superior a los cuatro minutos; las posibilidades aerobias del organismo están dadas, entre otros factores, por las reservas de sustratos energéticos (glucógeno, ácidos grasos, etc.), estado y capacidad funcional de los sistemas cardiovascular, respiratorio y sanguíneo, para abastecer de oxígeno a los músculos que están trabajando y de más células del cuerpo.

La vía anaerobia de resíntesis de ATP ocurre fundamentalmente en trabajos con un corto tiempo de duración (aproximadamente hasta los cuatro minutos) y de mayor intensidad en esta vía se distinguen el mecanismo creatinofosfoquinásico y el glicolítico, ambos ocurren sin participación de oxígeno como aceptor final en las reacciones metabólicas.

El mecanismo fosfoquinásico, denominado también vía alactácida de obtención de ATP o sistema de los fosfágenos, garantiza la síntesis de ATP, en aquellos trabajos de muy corta duración y gran intensidad; su mayor efectividad se encuentra entre los primeros 6 a 8 segundos de iniciado el trabajo, aunque esta vía de obtención de energía puede prolongarse hasta lo 20 segundos.

En los ejercicios de sobrecarga, fundamentalmente cuando se entrena la fuerza muscular, se incrementa considerablemente la efectividad de este sistema, debido al aumento de las reservas de sustratos energéticos (combinaciones fosfóricas macroenergéticas) y efectividad de la enzima creatinofosfoquinasa.

El mecanismo glicolítico o lactácido requiere de un mayor tiempo para formación del ATP necesario en la contracción muscular. Generalmente, este mecanismo garantiza la síntesis de energía en ejercicios intensos desde los 20 a 30 segundos hasta los 2 o 3 minutos de duración.