Una de las discusiones sin fin en el mundo del fitness es la de cuál es la mejor hora para entrenar. Mucho se ha dicho al respecto, pero aún no hay verdad absoluta sobre si es mejor hacer ejercicio en la noche, en la tarde o en la mañana.

Los que entrenan en la mañana aseguran que es mejor porque tienen más energía; los que van al gimnasio por la tarde dicen que hay que aprovechar el calor para sudar más y «quemar más grasa»; y los que se ejercitan en la noche creen que irse cansados a la cama les permite dormir mejor.

Probablemente todos tengan razón, pero en esta ocasión hablaremos de los que prefieren hacer ejercicio en la noche y cómo les afecta esto a la hora de dormir. Para resolver las posibles dudas tendremos en cuenta la opinión de varios expertos en el tema.

En primer lugar citaremos a la doctora Nohemi Rodríguez, especialista en Neurofisiología. «Existen cada vez más pruebas que sugieren que la actividad física interviene de manera efectiva en las personas que no duermen lo suficiente, ya sea en cantidad o calidad», dice la experta.

No obstante, existe la creencia popular de que el ejercicio por la noche tiende a mantenernos más activos dificultando conciliar el sueño. Pero la realidad es que depende del momento de la noche en que entrenes.

Al respeto, el neurólogo Juan Pareja expresa lo siguiente: «El deporte, realizado con un horario adecuado, facilita la conciliación del sueño porque el ejercicio físico promueve la liberación por el organismo de endorfinas que son sustancias que propician una sensación de bienestar y relax y por tanto contribuyen a la conciliación del sueño. La fatiga post-ejercicio conlleva un estado de relajación muscular y corporal natural, que invita al descanso».

CONSEJOS PARA HACER EJERCICIO EN LA NOCHE

Sabemos que la regulación hormonal juega un papel muy importante en la calidad del sueño. Por eso Gonzalo Pin, profesor de Neurología, recalca la importancia del horario. «Si practicamos ejercicio en las últimas horas del día, elevamos los niveles de cortisonas y adrenalina, que son sustancias antagonistas de la hormona del sueño, la melatonina, de manera que la actividad intensa puede dificultad la conciliación del sueño».

Dicho esto, ¿Cuándo es el mejor momento del día para realizar deporte y que no interfiera en el sueño? «Aquellos que quieran mantener una buena higiene del sueño deben evitar un entrenamiento intenso a última hora del día, al menos en las tres horas previas a irse a la cama”, aconseja Nohemi.

Pareja, por su parte, suscribe que lo más apropiado es evitar hacer ejercicio tres horas antes de ir a dormir. «En general, no debe practicarse deporte después de las 19:00 y 20:00 horas en un horario de sueño habitual para un adulto en España, que suele acostarse entre las 22:00 y 23:00 horas».

En este sentido, Pin propone que al igual que se mantienen unos horarios para comer o irse a la cama, conviene fijar una rutina deportiva siempre adaptada al estado físico de cada persona y a su actividad diaria.

MEJORES EJERCICIOS PARA ENTRENAR DE NOCHE

En términos generales, Rodríguez recomienda realizar un ejercicio aeróbico moderado o de resistencia porque puede funcionar para gastar energías y descansar bien. De forma más específica, la especialista optar por «pilates, yoga o ejercicios de poca intensidad» para conseguir un sueño más reparador.

Sobre la intensidad del deporte nocturno, Juan comenta que cualquiera está bien. «En condiciones normales, todas las modalidades de ejercicio moderado, no exigente ni extenuante ni competitivo, son aconsejables. Siempre y cuando se respete un horario habitual que no interfiera con el curso natural de sus ciclos sueño y vigilia».

Más allá del tipo de deporte que, debe estar adaptado a la edad y condición física de cada individuo, Gonzalo apunta que «tanto el ejercicio como el sueño aportan beneficios para la salud, el bienestar mental y físico».

En conclusión, los expertos mencionados aseguran que hacer ejercicio en la noche no es tan malo como algunos piensan. El deporte es un hábito saludable que se debe incorporar a otras medidas que facilitan la conciliación del sueño y ayudan a dormir mejor. La clave está en el espacio que haya entre el entrenamiento y la llegada a la cama.