Durante siglos las mujeres no practicaron ejercicios físicos y fueron privadas de la posibilidad de desarrollar sus capacidades. Su educación se dirigía fundamentalmente a las labores del hogar, era educada pasivamente, encerrada en un marco muy reducido dentro de la sociedad.

Como todos conocemos, fue prohibida su participación en Juegos Olímpicos, incluso como espectadoras. Las limitaciones a que fue sometida la mujer durante años, imposibilitó su desarrollo físico y motor, las actividades físicas se dirigieron en el mejor de los casos, solamente al desarrollo de la dulzura y de la belleza de los movimientos como forma de placer para los hombres, pero nunca en función de desarrollar la fuerza, como capacidad motriz.

Como se ha comprobado, la mujer está en condiciones de realizar las mismas tareas que el hombre, siempre y cuando se le de posibilidades de desarrollo. Son innumerables las proezas que en los últimos tiempos ha realizado el sexo femenino.

El desarrollo social en Cuba, ha posibilitado que la mujer reciba otro respeto y atención dentro de la sociedad, donde el sexo femenino tiene otras posibilidades de desarrollo. Las propias facilidades de trabajo para la mujer, garantizan determinada independencia económica y social, cambiando su posición dentro de la familia y la sociedad, en comparación con otros países.

En la sociedad cubana se forma un nuevo tipo de mujer contemporánea: con amplias ideas económicas, políticas y sociales. En la formación de este nuevo tipo de mujer se garantiza el desarrollo de aptitudes o capacidades, lo cual ha permitido que hoy se cuente, en el campo del deporte con prestigiosas figuras internacionales.

Derechos de las Mujeres en los Deportes

En Cuba, el sexo femenino representa aproximadamente el 50% de toda la población, y dada su incorporación a las actividades socio-políticas y productivas, representan una significativa fuerza, siempre y cuando se tengan en cuenta sus características morfofuncionales, ya que estas no indican la necesidad de brindar una mayor atención y dedicación a la mujer al ser comparadas con el sexo masculino.

Del estado de salud y desarrollo de las capacidades funcionales de la mujer, dependerá en gran medida la disminución de la taza de mortalidad infantil, la salud y desarrollo de los niños y jóvenes del país y de que tengamos una sociedad sana y preparada física e intelectualmente, en correspondencia con el momento histórico que nos ha correspondido vivir.

Es por ello que se toman serias medida para el fortalecimiento de la salud de las mujeres. La salud pública, mediante las nuevas concepciones del Médico de la Familia, conjuntamente con la cultura física y el deporte, tienen la gran responsabilidad de trabajar en el mejoramiento y conservación de la salud en la mujer.

La cultura física y el deporte, mediante el uso de los diferentes métodos y medios de la actividad física, deben dirigir su trabajo, además del fortalecimiento de la salud, al logro de altos resultados y éxitos en las competiciones de diferentes eventos deportivos.

Finalmente, en el uso de los diferentes métodos y medios para el desarrollo de las capacidades físico-funcionales es preciso que los especialistas consideren y valoren adecuadamente las características morfológicas y funcionales del sexo femenino.

La actividad física aplicada sin tener en cuenta las particularidades del sujeto, lejos de ayudar al mejoramiento de sus funciones y de desarrollar sus capacidades, puede acarrear graves problemas y complicaciones difíciles de solucionar.