En comparación con el hombre, más musculado, la mujer posee una masa grasa más importante. No exagero, pues entre un 20% y un 25% de su cuerpo es masa grasa, por entre un 10% y un 15% en el caso masculino. Dicho esto, la mujer posee un metabolismo base más bajo que el del hombre. De ahí también que sus necesidades energéticas sean menores: una media de 2.000 calorías diarias frente a las 2.500 del hombre en actividad similar.

Sea como sea, lo que es indiscutible es que la corpulencia de hombres y mujeres no tienen nada que ver. Es a raíz de ello que aparecen los famosos Morfotipos para cada uno de los géneros. En términos generales, hay dos tipos femeninos básicos, que a su vez se pueden subdividir en otros tres. Son los siguientes.

Silueta Ginoide

Se caracteriza por caderas largas y un talle marcado que puede dar lugar a un pecho generoso (forma de reloj de arena) o a un busto más estrecho (forma de pera).

Silueta Androide

Esta viene definida por curvas emplazadas en la parte alta del cuerpo. Las espaldas son alargadas y las caderas menudas. También aquí hay dos formas, la de la manzana cuando el pecho es generoso y la del apio cuando el busto es más pequeño.

👩 Otros Morfotipos Femeninos

Las formas femeninas han dado lugar a otras clasificaciones. Una de ellas la promovió hace unos años el Ministerio de Sanidad español cuando tomó como muestra a más de 1.000 mujeres de entre 12 y 70 años de distintos puntos del país. Todo con el fin de determinar los diferentes morfotipos de los cuerpos femeninos españoles. El estudio arrojó como resultado la siguiente clasificación:

✔ Diábolo: este modelo presenta pecho y caderas más anchos que la cintura.

✔ Campana: las caderas son aquí más anchas que cintura y pecho.

✔ Cilindro: la medida para pecho, cintura y caderas es muy similar a la misma.