Una de las excusas más utilizadas por las personas para justificar su sedentarismo está relacionada con el tiempo y su «apretada» agenda. Bastante común resulta escuchar a la gente decir que no le queda espacio en su día para realizar los 30 minutos de ejercicio físico recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para mantenerse en forma. Sin embargo, a ese tipo de personajes les toca busca una nueva excusa porque un reciente estudio ha comprobado que 1 minuto de Ejercicio Vigoroso puede reportar los mismos beneficios para el organismo que 45 minutos de ejercicio moderado, obviamente basados en un sinnúmero de pruebas que han permitido llegar a tan interesante conclusión.

Antes de conocer más detalladamente dicho análisis, vale la pena tener en cuenta que, según la propia OMS, la intensidad refleja la velocidad a la que se realiza la actividad, o la magnitud del esfuerzo requerido para realizar un ejercicio o actividad. Se puede estimar preguntándose cuánto tiene que esforzarse una persona para realizar esa actividad. Así las cosas, el ejercicio moderado requiere un esfuerzo moderado, que acelera de forma perceptible el ritmo cardiaco. Por su parte, el ejercicio vigoroso, requiere una gran cantidad de esfuerzo y provoca una respiración rápida y un aumento sustancial de la frecuencia cardíaca. Ahora sí, veamos de qué se trata el estudio.

Un grupo de investigadores de la Universidad de McMaster en Estados Unidos pidieron a 27 hombres sedentarios que participaran en el experimento que duró 12 semanas. Dividieron a los participantes en dos grupos: uno practicó un sistema de ejercicios de sprint interválico y el otro un sistema de intensidad moderada continua.

Los participantes en el primer protocolo solo necesitaron 10 minutos al día para desempeñar su entrenamiento; 3 series de 20 segundos de sprint de ciclo, 2 minutos de calentamiento, 3 de estiramiento y 2 minutos de pedaleo relajado entre las 3 series de sprint. Por otra parte, aquellos que llevaron a cabo el segundo método, invirtieron un total de 50 minutos: 45 minutos de ciclismo continuo, 2 minutos de calentamiento y 3 de estiramientos.

Cada grupo participó en tres sesiones semanales y los investigadores midieron los efectos en la insulina y otros factores como la salud cardiometabólica y la respiración. Después de 12 semanas de ejercicio, los científicos descubrieron una cosa: ambos métodos de entrenamiento habían producido los mismos resultados (las mismas mejoras) a nivel físico. La diferencia principal radicaba en el tiempo invertido. Mientras que el primer grupo solo había invertido 6 horas (con un total de 36 minutos de ejercicio vigoroso), el segundo utilizó 27 horas de actividad moderada.