La mayoría de los deportes de equipo se juegan con muchas salidas, paradas y cambios de dirección. Una muy buena aceleración y una adecuada cantidad de masa podrían mejorar el rendimiento de los deportistas.

Bajo esas circunstancias, no es sorprendente que las velocidades medias de los jugadores durante la competición estén muy por debajo de sus velocidades máximas de esprint.

Es interesante hacer notar que defensas profesionales como Tony Dorsett, Emmitt Smith y Barry Sanders generan tanta fuerza como los grandes delanteros en cortas distancias. Este dato ilustra claramente que la cantidad de fuerza generada se puede influir tanto cambiando la masa (peso) del jugador como la aceleración (rapidez del movimiento).

Si tiene elección, la mejor manera de generar fuerza es aumentando la aceleración. Obviamente, estos defensas son capaces de acelerar mas rápidamente que los delanteros de 135 kilos y, por lo tanto, igualar la generación de fuerza para resolver situaciones en poco espacio.

La diferencia de tamaño entre los gigantescos delanteros y los defensas más pequeños y rápidos puede producir un problema estructural para estos últimos a causa de la menor protección que ofrecen sus tejidos corporales. Ellos sacrifican mucho tejido protector que podría ser usado para absorber las fuerzas del continuo golpeteo. Lo mejor de ambas opciones sería convertirse en un defensa grande y rápido.

Trabaje la aceleración para ser más rápido

Este principio es esencial en todos los deportes. Lo recomendado es hacer uso de ejercicios que generen mucha potencia para la concentración física y mental. Se pueden utilizar pesas de manera selectiva para el entrenamiento de deportes explosivos.

Es importante darse cuenta de que hay un estrecho margen de cargas y velocidades al que atenerse a la hora de transferirlas a su deporte.

La fortaleza en los tejidos se conseguirá gracias a una amplia variedad de levantamientos de peso explosivos y de alta intensidad. Una referencia sería utilizar el principio del umbral físico. Recuerde que la rapidez mental es un ejemplo esencial de la rapidez física; usted debe pensar con rapidez para ser rápido.

Varios programas de entrenamiento han cubierto con éxito el hueco existente entre fuerza y potencia para mejorar la fuerza de velocidad y la velocidad de esprint. Hay combinaciones de entrenamiento con pesas, entrenamiento de potencia explosiva, y varias formas de trabajo tradicional de velocidad (resistencia de velocidad, supervelocidad, cargas de esprint) que mejoran significativamente la velocidad en distancias cortas.

Se pueden usar muchos ejercicios en la sala de pesas para desarrollar la fuerza funcional y la producción de potencia. Los ejercicios de impulso de inercia y los levantamientos olímpicos, con sus variaciones, son los mas importantes.