Cada vez son las más razones que fortalecen nuestra iniciativa de erradicar de los gimnasios esa famosa frase que dice: «si no duele, no sirve». La última de ellas tiene como protagonista a un joven que sufrió una Rabdomiólisis después de un duro entrenamiento.

Un adolescente de 17 años desarrolló un caso severo de esta enfermedad que resulta de una falla en el tejido muscular, después de haber tenido dificultades durante una sesión de entrenamiento de fuerza de 90 minutos en el gimnasio.

Es común experimentar un poco de dolor después del entrenamiento, pero Jared Shamburger, de Houston, no tuvo sólo otro caso de dolor muscular de aparición tardía. El joven fue llevado al pediatra por su madre, que estaba preocupada cuando el dolor y la hinchazón persistieron con el pasar de los días.

Jared fue hospitalizado durante cinco días después de que se le diagnosticara rabdomiólisis, una afección que provoca que el tejido muscular se descomponga y libere subproductos en el torrente sanguíneo. Un subproducto en particular, la proteína mioglobina, puede causar daño renal.

¿Qué causa la rabdomiólisis?

Según el Dr. Guillem Gonzalez-Lomas, cirujano ortopedista de medicina deportiva en NYU Langone Health, el problema generalmente ocurre cuando las personas van más allá de sus umbrales personales.

El experto dice que los novatos de una actividad en particular son susceptibles de lesionarse a sí mismos, porque es posible que ellos no sepan la diferencia entre hacer un buen ejercicio o esforzarse demasiado.

Las señales de que tus dolores pueden ser algo más preocupante incluyen hinchazón de los músculos, debilidad, náuseas, vómitos, dolor que excede los tres días y orina oscura.

¿Cómo prevenir la rabdomiólisis?

Gonzalez-Lomas dice que la deshidratación podría aumentar tus probabilidades de tener rabdo, por lo que es importante beber mucha agua cuando haces ejercicios extenuantes en ambientes cálidos.

Es posible que no sepas que algo anda mal mientras haces ejercicio, pero el doctor aconseja a todos que presten atención a algunas señales de advertencia: incomodidad y debilidad.

Nuestra fuerza se recupera después de descansar entre series, por lo que la debilidad muscular también podría indicar que algo anda mal. Básicamente, quieres trabajar duro, pero detente antes de que estés en agonía. «Realmente no deberías sentir dolor en tus músculos durante un entrenamiento», advierte Guillem.