En la postura modelo, la posición de los pies es aquella en que los talones están separados alrededor de 7 centímetros y en la que la parte anterior de cada pie está en abducción alrededor de 8° a 10° de la línea media. Esta posición se refiere sólo a la estática y descalza. La elevación de los talones y el movimiento afectan la posición de los pies.

Se ha escrito mucho acerca del ángulo de los pies en relación con la posición erecta y andando. Existe abundancia de información útil respecto a los pies y las relaciones de las otras articulaciones de la extremidad inferior. Sin embargo, la interpretación de los mecanismos en términos de expresión postural parece inadecuada.

Se considerad correcto, tanto para estar de pie como para andar, llevar las puntas de los pies unos cuantos grados hacia afuera. Varias autoridades en el campo de la cirugia ortepedica especializada, han observado que tal posición de los pies conduce a una debilidad de las estructuras del pie, y han aconsejado que los pies estén paralelos al andar.

El argumento de que debe existir una separación de la punta de los pies para la estabilidad lateral, es conveniente si se acepta que la posición más natural de los pies en bipedestación es con los talones juntos.

Los expertos ponen en duda esta aceptación básica y consideran la posición natural erecta como aquella en que los pies están separados tanto de los talones como de la parte anterior del pie. La estabilidad está más aumentada cuando la base es cuadrada y no triangular.

En base a la constitución anatómica de la articulación de la rodilla, no existe rotación en extensión. No debería producirse.

Posición de los pies en movimiento

Los movimientos pasivos o activos del pie revelan que tiende a moverse hacia fuera al desplazarse, hacia arriba y hacia dentro al moverse hacia abajo; al contrario de la dirección sugerida por el eje de movimiento de la articulación del tobillo.

La relación del pie con la parte inferior de la pierna puede ser analizada en relación al arco de movimiento y a la posición en la que el arco de movimiento es equivalente a la posición erecta, con y sin tacones.

Si se permitiera un ángulo de 30° a 40° entre los pies en bipedestación, los pies asumirían la posición de máxima abducción. El movimiento de abducción está tan íntimamente relacionado con el de pronación (eversión) que muchas autoridades dicen que estos términos deben considerarse como sinónimos.

Al igual que la abducción y la pronación, también están relacionadas la aducción y la supinación (inversión). Al igual que abducción está normalmente relacionada con la dorsiflexión, la aducción está íntimamente relacionada con la flexión plantar.

Cuando se llevan zapatos con tacones, la posición erecta presenta varios grados de flexión plantar del pie basados en la altura de los tacones y relacionado con la longitud del pie, o más precisamente, con la longitud del pie desde los tacones hasta la punta del pie.

Sería inútil hacer un esfuerzo para computar los grados de desplazamiento de la punta del pie que corresponde a cada altura de tacones según la longitud del pie. Sería suficiente saber que a medida que aumenta la altura de los tacones aumenta la tendencia a la posición paralela o incremento de la punta de los pies hacia dentro.

Corriendo, los tacones no tocan el suelo y el peso es llevado hacia la parte anterior del pie. Existe, entonces, una tendencia en la huella de la parte anterior del pie hacia dentro.