Estar en forma es un concepto relativo que puede tener diferentes interpretaciones. Para algunos está relacionado con la apariencia física y para otros con la salud de la persona.

Las dos posturas tienen validez y se complementan en el momento en el que encontramos un equilibrio. Bien decían los griegos: «cuerpo sano, mente sana». Ahí está la clave.

Pero, para tener un concepto mas profesional al respecto, hemos tenido en cuenta las opiniones de Cristian Herranz, reconocido fisioterapeuta y entrenador personal, y Tomás Fernández, médico y traumatólogo del deporte. Este par de expertos nos aclaran lo que verdaderamente significa estar en forma.

Normalmente se tacha a las personas con sobrepeso de no estar en forma, pero también hay personas delgadas que no lo están. Para ellos, Herranz ofrece una serie de consejos:

Si partimos de una situación de sobrepeso u obesidad, el primer paso es realizar una etapa en la que eliminemos gran parte de nuestra grasa corporal. La rutina debe componerse de ejercicios de musculación intensos y bien planificados, acompañados de una dieta hipocalórica. El ejercicio cardiovascular puede ser un apoyo para ir más deprisa en esta fase, pero no es estrictamente necesario en todos los casos.

Si, por el contrario, estamos delgados pero con algo de flacidez, tendríamos que comenzar a entrenar rutinas de fuerza e hipertrofia, intentando mantener un superávit calórico moderado.

Otro factor que hace que tardemos más o menos en ponernos en forma es la edad. “En general, a partir de los 30 años se desarrolla más la masa grasa que la masa magra”, afirma Fernández.

En concreto, según él, “por cada década después de los 30 años nuestro gasto energético disminuye un 2%, por lo que para seguir manteniendo el mismo peso debemos ajustar la dieta reduciendo un 2% las calorías o aumentando un 2% el gasto calórico”.

¿En qué se traduce este 2 por ciento? aunque pueda parecer una pequeña cantidad, este porcentaje “se traduce en aumentar 2,5 kilos por año si no realizamos ese ajuste”, advierte el médico.

La realidad es que «cuando somos mayores más nos cuesta calentar, entrenar y recuperar. Nuestra capacidad de entrenamiento cambia a medida que nos hacemos mayores. Aparecen patologías debilitantes o trastornos de los tejidos que dificultan el estado de forma de las personas», concluye Tomás.

¿La mujer debe esforzarse más para estar en forma?

El sexo es otro factor que, en el caso concreto de las mujeres, juega en su contra. “La mujer tiene una talla entre 7 y 10 cm inferior al hombre, pesa alrededor de 10kg menos y tiene entre 4 y 6 kg más de grasa”, describe Cristian.

Por su parte, los hombres “tienen más masa muscular, extremidades más largas y un torso más amplio, debido a que sus hombros están más distanciados. Por todo ello, las mujeres tienen cierta desventaja mecánica que le impide levantar más peso y desarrollar más fuerza», agrega el fisioterapeuta.

A pesar de esto, las mujeres sí pueden ganar fuerza al mismo ritmo que los hombres, por lo que si eres mujer nada debería condicionarte para dejar de entrenar. De hecho, el entrenamiento será el mismo para ambos, hombres y mujeres, siempre y cuando cada individuo se sienta cómodo y gratificado con la actividad que realiza.