Una de las discusiones sin fin en el mundo del fitness es la de tomar agua con las comidas. Mucho se ha dicho al respecto, pero aún no hay verdad absoluta sobre qué tan beneficioso es acompañar los alimentos con este tipo de bebidas.

Conscientes de que no hay una certeza definitiva, debemos recurrir a los conceptos de los expertos en el tema. Uno de ellos es la española Teresa Partearroyo, profesora de Nutrición de la Universidad CEU San Pablo, quien contó a través del portal ‘CUÍDATE PLUS’ cuál es su postura.

En primera lugar, la especialista recordó que el agua es un nutriente del cual el organismo es completamente dependiente. ¿Sabías que un adulto podría estar hasta ocho semanas sin comer, pero moriría a los pocos días si no bebe agua? Un dato bastante contundente para empezar a entender por qué se debe tomar agua con las comidas en lugar de refrescos, bebidas alcohólicas o zumos.

En esa misma línea, la docente justificó lo siguiente: «El beneficio que tiene ingerir agua en la comida en lugar de otro tipo de bebida estriba en que esta bebida es acalórica -es decir, no nos va a aportar calorías-, mientras que las bebidas alcohólicas nos aportan aproximadamente unas 7 kilocalorías por gramo consumido y las bebidas azucaradas también van a presentar un aporte calórico atendiendo a la cantidad de azúcares que contengan».

Sin embargo, Teresa resalta que en el mercado hay una amplia variedad de bebidas que no presentan azúcar en su composición y, por tanto, pueden ser una opción interesante para sustituir el agua; siempre que se consuman en cantidades moderadas.

💧 TOMAR AGUA DERIVADA DE OTRAS FUENTES

«El agua ingerida puede proceder de diversas fuentes, fundamentalmente exógenas. Es decir, el agua que se ingiere a través de las bebidas (80%) y la contenida en los alimentos (20%). El contenido de agua de los alimentos es muy variable, pero, en general, puede decirse que es prácticamente inexistente en azúcares y aceites, bajo en cereales y derivados y legumbres y elevado en carnes y pescados y, especialmente, en frutas y verduras», explicó Partearroyo.

«Debemos tener en cuenta que el agua es la opción ideal cuando se trata de hidratación. No obstante, todos los líquidos, incluyendo bebidas con cafeína como café y té, o aguas saborizadas, contribuyen a la ingesta de agua», resaltó la experta.

También conviene saber que tomar agua ayuda a la digestión de los alimentos, ya que es un componente esencial de todos los tejidos corporales. Desde el punto de vista fisiológico, metabólico y estructural, es esencial en los procesos fisiológicos de digestión, absorción y excreción.

Sobre si beber agua con las comidas ayuda a bajar de peso, Teresa recordó que «cualquier bebida que presente azúcares o alcohol en su contenido puede favorecer la ganancia de peso si se consume de manera reiterada. Sin embargo, no creo que sea la prohibición de cualquier bebida el arma para luchar contra el sobrepeso y/u obesidad.

En este sentido creo que la población está cambiando, cada vez veo más extendido el consumo de agua cuando se come fuera de casa. No obstante, vuelvo a recalcar que de manera puntual ingerir otro tipo de bebida no tiene un impacto importante sobre la salud. Tiene más importancia una buena educación nutricional».

MITOS DEL AGUA Y LA COMIDA

Existe la creencia extendida de que si se bebe agua durante las comidas, se engorda. ¿Cuál es la realidad? «El agua al ser acalórica, no engorda. De hecho, el agua durante la comida sacia y hace que ingiramos menor cantidad de otros alimentos que pueden ser menos saludables», indicó la experta en Nutrición.



Mitos y Verdades de la Alimentación


A la pregunta de qué cantidad de agua debería beberse durante una comida, Partearroyo aclaró que no es posible indicar con exactitud la cantidad necesaria, ya que depende de muchos factores, como el clima, la cantidad de actividad física que se realiza, la edad e incluso el estado fisiológico de la persona.

«En ocasiones, con el fin de perder peso corporal se induce un balance negativo de agua mediante la utilización de laxantes o diuréticos, lo que conlleva una deshidratación. Los estudios han demostrado que en aproximadamente una pérdida de agua del 1% (equivalente a 1% de la pérdida de agua de peso corporal) presenta efectos negativos sobre la función mental y física y estos se vuelven más graves a medida que la deshidratación empeora», advirtió la profesora.

En conclusión, para un correcto funcionamiento del organismo es preciso que el volumen y la distribución del agua intra y extracelular sean constantes. Cambios en los líquidos corporales pueden ocasionar alteraciones patológicas importantes. Por lo tanto, un correcto equilibrio hídrico es fundamental para un correcto estado de salud.