Retomando la línea de la alimentación y de su importancia a la hora de llevar una vida saludable, en esta oportunidad quiero compartir contigo una información fundamental con respecto a un tema bastante común entre la gente y que cada vez toma muchas más fuerza: ¿cuál es la comida más importante del día? Cada vez son más las personas a las que les escucho preguntar sobre este aspecto tan determinante en la consecución de los resultados deseados.

Tomando algunos aportes de diferentes nutricionistas y expertos en el tema, se ha llegado a la conclusión que el desayuno es esa comida que no puede faltar en tu rutina. Si bien es cierto que en realidad todas son fundamentales, también está claro que los alimentos que ingerimos a primera hora del día determinan nuestra energía a lo largo del mismo. Antes de entrar en materia, vale la pena aclarar que, una adecuada alimentación estará siempre determinada por tus objetivos. Es decir, si lo que quieres es aumentar tu masa muscular no puedes seguir la misma dieta de alguien que busque tonificar su cuerpo.

Tomar un desayuno con un alto aporte de proteínas puede evitar ganar peso, según un estudio realizado por la Universidad de Missouri y publicado en la revista «International Journal of Obesity», en el que se comparan los resultados de tres grupos de jóvenes a los que se les proporcionó un desayuno normal, un desayuno con alto nivel proteínico o no desayunaron. Los resultados demuestran que cuando las personas comen un desayuno rico en proteínas, voluntariamente consumen menos comida el resto del día.

El experimento tenía una duración de 12 semanas. Al primer grupo de jóvenes se le proporcionaba un desayuno consistente en leche con cereales, es decir, un total de 13 gramos de proteínas; el segundo grupo tomó leche, huevos y carne magra de cerdo, lo que sumaba 35 gramos de proteínas. El tercer grupo no desayunaba, por lo que no tomaba ningún alimento hasta la hora del almuerzo o la comida. Aparte de regular su dieta, se pidió a los participantes aportar datos tales como cuándo tenían hambre o cuánto comían y bebían cada día.

El estudio liderado por la profesora Leidy se basaba en la búsqueda de una conexión entre los hábitos alimenticios con la ganancia de peso. Los datos iniciales de la publicación además constataban que el 60% de los jóvenes afirmaban no desayunar hasta cuatro veces a la semana. Según la docente universitaria, la mayoría de las personas adquieren sus hábitos alimenticios durante la adolescencia, por lo que resulta importante adquirir una rutina durante esta etapa para que en el futuro no se desarrollen problemas de salud.